Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. -Juan 3:16

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jueves, 16 de abril de 2015

El Elefante Encadenado

El elefante encadenado

Cuando yo era un chico me encantaban los circos, lo que más me gustaba eran los animales y mi preferido era el elefante. Durante la función la enorme bestia impresionaba a todos por su peso, su tamaño y su descomunal fuerza; pero después de la actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, uno podía encontrar al elefante detrás de la carpa principal, con una pata encadenada a una pequeña estaca clavada en el suelo.

La estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera, apenas enterrado superficialmente; y aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo, podía arrancar la estaca y huir.

El misterio era evidente: ¿Por qué el elefante no huía, si podía arrancar la estaca con el mismo esfuerzo que yo necesitaría para romper un fósforo?, ¿ Qué fuerza misteriosa lo mantenía atado?

Tenía 8 años y todavía confiaba en la sabiduría de los mayores, pregunte entonces a mis padres, maestros y tíos, buscando respuesta a ese misterio; no obtuve una coherente. Alguien me explicó que el elefante no escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: y si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna explicación satisfactoria.

Con el tiempo olvidé el misterio del elefante y la estaca, y sólo recordaba cuando me encontraba con personas que me daban respuestas incoherentes, por salir del paso, y un par de veces, con personas que se habían hecho la misma pregunta. Hasta que hace unos días me encontré con una persona, lo suficientemente sabia, que me dio una respuesta que al fin me satisfizo: “el elefante no escapa porque ha estado atado a una estaca desde que era muy pequeño”.

Cerré los ojos y me imaginé al elefantito, con solo unos días de nacido, sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento empujó, jaló y sacudió tratando de soltarse y a pesar de todo su esfuerzo no pudo hacerlo, la estaca era muy fuerte para él.

Podría jurar que el primer día se durmió agotado por el esfuerzo infructuoso y que al día siguiente volvió a probar y también al otro,  y al de más allá… hasta que un día, un terrible día, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Dejó de luchar para liberarse.
(Jorge Bucay) 
Muchas personas, tenemos grabado en nuestra mente, recuerdos de nuestros fracasos pasados, pensamientos como "no puedo", "es inútil", "no saldrá bien", "eso no es para mi", "es imposible", "es demasiado difícil", "no me atrevo", y muchos más. Cada vez que estamos por tomar una acción, acuden a nuestra mente con frecuencia; muchas veces sin darnos cuentas que nos quedamos "atados" a esas experiencias y recuerdos, de forma que perdemos nuestra libertad y nos mantenemos, como el elefante, atados a una simple estaca.


Si meditas en la palabra de Dios, cambiará tu destino a un futuro glorioso en Cristo :D
"... Olvidando el pasado y mirando hacia lo que está adelante" Filipenses 3:13
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" Filipenses 4:13

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