Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. -Juan 3:16

Estamos en Facebook!

Buscar en este blog

sábado, 26 de octubre de 2013

Cuento: “ZANAHORIAS, HUEVOS O CAFÉ”

“ZANAHORIAS, HUEVOS Y CAFÉ”

Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y de lo difíciles que le resultaban las cosas. No sabía cómo hacer para seguir adelante. Estaba cansada de luchar y enfadada todo el día. Cuando solucionaba un problema, aparecía otro.








Su padre, chef de profesión, lo llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres recipientes con agua y los colocó sobre el fuego. Pronto el agua de cada uno empezó a hervir. En el primero colocó zanahorias, en el segundo huevos y en el último unos granos de café, y los dejó hervir sin decir palabra.
El hijo esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un plato. Sacó los huevos y los colocó en un tazón. Finalmente, coló el café.
Mirando a su hijo le dijo:
– Dime, ¿qué ves?
– Zanahorias, huevos y café – fue la respuesta del chico.
Su padre le hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Estaban blandas.
Luego le dijo que tomara el huevo, le sacara la cáscara, y lo tocara también. Estaba duro.
Por último, le pidió que probara el café. Él sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma, y entonces preguntó:
– ¿Qué significa esto, papá?”
Su padre le explicó entonces que los tres elementos se habían enfrentado a la misma adversidad, el agua hirviendo, pero que habían reaccionado de forma muy diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, con una cáscara fina protegiéndolo, pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. El café, sin embargo, había sido especial; después de estar en agua hirviendo, no sólo había cambiado él, sino que había CAMBIADO EL AGUA; se había fundido en su nuevo medio, había aceptado la adversidad, y había dotado al agua de un olor y un sabor distinto, muy agradable y muy especial.
- ¿Cual eres tú? – preguntó el padre -. Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?
Jesús nos dejo en su palabra:
"Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya no sirve para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres."
-Mateo 5:13

domingo, 13 de octubre de 2013

Quiero ser un Televisor

En la oscuridad de su habitación un niño junta sus manos, cierra los ojos y eleva su plegaria a Dios:



“Querido Jesús, yo quisiera que mañana temprano me conviertas en una televisión. Debe ser fantástico.








En la casa hay rincón especial para la televisión. Es el único sitio donde nos reunimos todos en familia, aunque no conversamos ni nos miramos mutuamente. Allí a la única que se le permite hablar es a la televisión y todos, papá, mamá y mis hermanos, no dejan de observarla ni un solo instante. Que suerte tiene la televisión.



Cuando llego del colegio mi mamá está preparando el almuerzo. Yo quiero contarle todo lo que ha pasado durante la mañana, pero ella me dice que en ese momento no puede prestarme atención. Yo comprendo, mientras ella cocina, observa cuidadosamente a dos personas hablando por la televisión y si yo la interrumpo se le puede quemar la comida. A veces siento celos de la televisión.



Cuando papá llega a la casa dice que está cansado, que no lo molesten y se instala frente al televisor. Si yo me acerco a contarle algo se pone de mal humor, me manda a callar y no me hace caso. En cambio la televisión puede decirle cualquier cosa y el sigue prestando atención sin interrumpirla, sin ponerse bravo. En ocasiones hasta come frente al televisor para no perderse nada de lo que ella dice. La televisión debe sentirse muy bien.


Cuando yo estoy fastidiado y quiero jugar con mis hermanos, ellos me dicen que no los interrumpa con niñerías, que están viendo televisión y que si quiero estar allí debe ser en silencio y sin molestar. La televisión debe divertirse mucho con mis hermanos.




Debe ser maravilloso sentirse el centro de atención de toda la familia, así que, querido Jesús, mañana en la mañana yo quiero ser un televisor.”
"Y no os conforméis a este mundo; mas transformaos por la renovación de vuestra mente, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta." 
-Romanos 12:2
Es buena la tecnología para disfrutar pero más amamos a nuestra familia... no es así  a lo que le dedicamos más tiempo, es lo que tenemos en el corazón... Dios te Bendiga!

jueves, 10 de octubre de 2013

Empuja La Roca

La Roca

Un hombre dormía en su cabaña cuando de repente una luz iluminó la habitación y apareció Dios.
El Señor le dijo que tenía un trabajo para él y le enseñó una gran roca frente a la cabaña. Le explicó que debía empujar la piedra con todas sus fuerzas.
El hombre hizo lo que el Señor le pidió, día tras día. Por muchos años, desde que salía el sol hasta el ocaso, el hombre empujaba la fría piedra con todas sus fuerzas... y esta no se movía.
Todas las noches el hombre regresaba a su cabaña muy cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano. Como el hombre empezó a sentirse frustrado Satanás decidió entrar en el juego trayendo pensamientos a su mente: has estado empujando esa roca por mucho tiempo, y no se ha movido.


Le dio al hombre la impresión que la tarea que le había sido encomendada era imposible de realizar y que él era un fracaso. Estos pensamientos incrementaron su sentimiento de frustración y desilusión.
Satanás le dijo: por qué esforzarte todo el día en esta tarea imposible.
Solo haz un mínimo esfuerzo y será suficiente.
El hombre pensó en poner en práctica esto pero antes decidió elevar una oración al Señor y confesarle sus sentimientos: "Señor, he trabajado duro por mucho tiempo a tu servicio. He empleado toda mi fuerza para conseguir lo que me pediste, pero aún así, no he podido mover la roca ni un milímetro. ¿Qué pasa? ¿Por qué he fracasado? ".
El Señor le respondió con compasión: Querido amigo, cuando te pedí que me sirvieras y tu aceptaste, te dije que tu tarea era empujar contra la roca con todas tus fuerzas, y lo has hecho. Nunca dije que esperaba que la movieras. Tu tarea era empujar.
Ahora vienes a mi sin fuerzas a decirme que has fracasado, pero ¿en realidad fracasaste? Mírate ahora, tus brazos están fuertes y musculosos, tu espalda fuerte y bronceada, tus manos callosas por la constante presión, tus piernas se han vuelto duras. A pesar de la adversidad has crecido mucho y tus habilidades ahora son mayores que las que tuviste alguna vez.
Cierto, no has movido la roca, pero tu misión era ser obediente y empujar para ejercitar tu fe en mi. Eso lo has conseguido. Ahora, querido amigo, yo moveré la roca.
Algunas veces, cuando escuchamos la palabra del Señor, tratamos de utilizar nuestro intelecto para descifrar su voluntad, cuando en realidad Dios solo nos pide obediencia y fe en él. Debemos ejercitar nuestra fe, que mueve montañas, pero conscientes que es Dios quien al final logra moverlas.
Cuando todo parezca ir mal... solo ¡EMPUJA!
Cuando estés agotado por el trabajo... solo ¡EMPUJA!
Cuando la gente no se comporte de la manera que te parece que debería... solo ¡EMPUJA!
Cuando no tienes más dinero para pagar tus cuentas... solo ¡EMPUJA!
Cuando la gente simplemente no te comprende... solo ¡EMPUJA!
Cuando te sientas agotado y sin fuerzas... solo ¡EMPUJA!
Hay rocas imposibles de mover o de cambiar. Tal vez ESA no es nuestra misión.
Un fuerte abrazo y mi oración para que nunca dejes de "empujar"

"Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes." 
-1 Pedro 5:7

"Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas.".
-Eclesiastés 11: 5

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” 
-Jeremías 29:11 

“Reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
-Romanos 12:2 

 “Estando confiado de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;”
-Filipenses 1:6

“Fíate del Señor de todo tu corazón, Y no estribes en tu prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.”
-Proverbios 3:5-6 

"En efecto, la leve tribulación de un momento nos produce, sobre toda medida, un pesado caudal de gloria eterna, a cuantos no ponemos nuestros ojos en las cosas visibles, sino en las invisibles; pues las cosas visibles son pasajeras, mas las invisibles son eternas." 
-2º Corintios 4,17-18
"Pero alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los que aman tu nombre." 
-Salmo 51: 11